En la actualidad existe un sobrediagnóstico de las condiciones de neurodesarrollo, que se han hecho mucho más complejas de identificar después de la contingencia sanitaria derivada del COVID-19, es decir, cada día se hace mas complejo para los profesionales valorar y llegar a una conclusión clara; por eso ahora más que nunca, se tiene que hacer un proceso más riguroso desde mi perspectiva, dedicarle tiempo y hacerlo de manera detallada, ya que aunque no queramos, un diagnóstico todavía representa un estigma social, por que el diagnostico no es el final, al contrario, es el principio, el principio de un acompañamiento, de saber que trabajar en la consulta con un equipo multidisciplinario.
Por lo tanto, desde mi perspectiva, es necesario llevar un proceso claro de detección, evaluación y diagnóstico, desde que se observan indicadores en diferentes contextos, por ejemplo, como en la escuela o en alguna actividad extra-escolar, y dado a su importancia, es necesario recordarle a los profesores que un diagnostico no es sinónimo a una etiqueta y debemos tener cuidado con no hacerlo ya que rebasamos la línea que pudiera generar un estrés adicional a lxs criantes y ser responsables ya que no toda sospecha es una conclusión final a la que se llega después de un proceso formal de detección y diagnóstico.
Lxs criantes, con la información que obtienen de diferentes recursos (internet, redes sociales, lxs vecinxs, etc), que tal vez no es la información ideal, empezarían un trayecto que muchas veces puede ser errático, otras más gradual y guiado, la realidad es que en la gran mayoría de las ocasiones pasa lo primero, en el que se desconoce el proceso a seguir, y no está mal, no tendrían qué saberlo; por eso estamos profesionales compartiendo este espacio y estos artículos; así que lo primero es mantener la calma y reflexionar, ¿un diagnostico cambiara el hecho que es mi hijo?, ¿ Tendré que tratarlo diferente?, ¿ Qué pasará en un futuro?, posiblemente muchas preguntas surgen alrededor de las sospechas; por lo tanto el primer paso, es mantener la calma e investigar un espacio adecuado, como lo tenemos en Hablemos de Neurodiversidad.
Luego, es importante, que, si identificamos algún indicador de desarrollo atípico o fuera de lo común, podamos acudir con algún especialista en neurodesarrollo, ya que es el que le guiará para entender cualquier sospecha dentro de lo llamado “neurodiversidad”.
Posterior, lleva a un acompañamiento terapéutico denominado multidisciplinario; realmente deberíamos trabajar en conjunto y no segmentados, desafortunadamente no todos tienen esa visión; en nuestra clínica de atención a las condiciones de neurodiversidad, consideramos importante el trabajo en equipo, y llevar un proceso de seguimiento adecuado.
A mi parecer, el diagnóstico de alguna condición de neurodesarrollo, no es la conclusión, si no el inicio de la intervención, y no es estático, es flexible y avanza, por lo que la intervención es primordial, en la casa, escuela y centro especializados de neurodesarrollo.
Como dato importante, desde mi experiencia, normalmente los diagnósticos neuropsicológicos son condiciones en el desarrollo del sistema nervioso, lo que es diferente a una enfermedad, la cual es detectada por un médico; que presenta una etiología o causa real, por lo que el neuropsicólogo o psicólogo especializado en neurodesarrollo, juega un papel importante para la confirmación del diagnóstico; siempre dentro de un equipo multidisciplinario que atiende a las comorbilidades ( otras condiciones), en otras palabras, el proceso de evaluación e intervención no puede estar segmentado, con solo acudir a uno u otro especialista, si no que requiere del apoyo de todos; ahí la clave del éxito de un proceso de evaluación y diagnostico adecuado.
NPsic. Carlos Alonzo.
Maestro en neuropsicología.
Subdirector de la clínica Hablemos de Neurodiversidad.
Evaluador y acompañante terapéutico.
Conferencista y tallerista.
Psicólogo escolar.